
Quizás siempre has disfrutado de los beneficios de la hidroterapia, aun sin saberlo. Las terapias naturales con agua son aliadas de la salud. No sólo proporcionan belleza para la piel: ayudan a la relajación, a recuperar de una lesión o a aliviar una inflamación.
Desde los tiempos antiguos, el agua es bendecida para muchas aplicaciones porque es un buen conductor de calor, frío, presión y electricidad. Suele aplicarse en forma de baños, duchas, lavados a presión, compresas, cataplasmas, enjuagues, envolturas, saunas y baños de vapor. El estímulo sobre la piel ayuda a armonizar sus funciones y lograr la sanación o aminorar dolores. El agua puede ser de mar, lo que se conoce como talasoterapia, mineral, termal o de manantial.
Sus usos
La versatilidad del agua la hace útil para tratar problemas circulatorios, metabólicos, nerviosos e inmunológicos; enfermedades de las vías respiratorias; dolores de cabeza y en las coyunturas; cicatrices; quemaduras o inflamaciones, entre otros. Puede utilizarse en cualquiera de sus estados y diferentes temperaturas para crear efectos distintos.
- Fría puede ser un buen tónico o sedante.
- Como hielo reduce el dolor de las quemaduras, aminora hemorragias e inflamaciones.
- Tibia, seda y relaja.
- Caliente, sirve para relajar los músculos y todo el cuerpo.
- Como vapor, activa la transpiración y descongestiona las vías respiratorias.
Terapias curativas
Al momento de comenzar la hidroterapia, explica Diana Figueroa, terapista física de Health South Rehabilitation Hospital, es importante saber la condición física del paciente. No todas las terapias son recomendables para todos. De acuerdo con Figueroa, algunas de las terapias más utilizadas en la rehabilitación son:
En piscina– Se ajustan los chorros de presión para dar masaje a los músculos que se desean relajar. Se hacen ejercicios de estiramiento moviendo todas las extremidades pausada y coordinadamente. Como la persona «pesa menos» dentro del agua se le hace más fácil realizar los movimientos sin empeorar su condición.
En tanques– Se sumerge la parte afectada para tratar heridas, edemas y úlceras. Utilizando estimulaciones eléctricas, se aumenta la contracción del músculo.
Baños de contraste– Se aplica agua fría y luego agua caliente sobre el área afectada por un espacio de diez a 30 minutos. Esta terapia reduce hinchazón y edemas, porque el agua caliente dilata los vasos sanguíneos para mejorar la circulación.
La hidroterapia no se recomienda para mujeres embarazadas e individuos con presión alta o enfermedades del corazón. Consulta a tu médico, antes de someterse a cualquier tratamiento.
Spa en casa
Puedes conseguir diversas terapias para relajarte y aumentar tu bienestar físico: baños en tina con aromaterapia y masajes; duchas para dar masajes; baños de vapor; saunas y jacuzzi, combinación de hidroterapia con masajes.
Aquí, consejos para que te beneficies de las bondades del agua en tu casa:
Refuerza el sistema inmunológico con duchas de agua caliente y fría. Comienza el día con una ducha de agua caliente, después cambia a agua tibia o fría. Coloca primero la pierna derecha y luego el resto del cuerpo.
Para relajarte y dormir mejor, agrega 2 oz. de miel a un vaso con cinco gotas de aceite de lavanda. Añade 1 ó 2 cdas. de la mezcla al agua del baño.
Para el dolor de cabeza humedece un paño de agua fría, agrégale dos gotas de aceite de menta y colócalo donde te duele por 15 minutos.